miércoles, 14 de septiembre de 2011

Pero...

Pero no, sabes que no vas a dejarte los pies quietos, que no te conformas con viajar solo por la superficie de las cosas. En tu carne se muestran las huellas, se clavan las agujas del paso por la vida y aun sin fe, respiras con la boca abierta. Con todas sus consecuencias. Ayer, hoy...tiempos confundidos. Quizás hace mucho que debieras haber empacado tus cosas y movilizado tus pasos como ave que mira al cielo sabiendo que la migración comienza. 

Y como esta tarde, cuando en la playa las olas te golpeaban y luego te revolcaban con fuerza hasta la orilla, después queda el intento de ponerse en pie con la mayor dignidad posible. Y no hay palabras mágicas ni fórmula matemática que ayude a curar. Tienes miedo de la vida pero es lo único que tienes y es prestada. Ya no mires más. No busques más. No puedes seguir esperando. El verano se acaba...