Mujer en tránsito,
verbal,
hecha de tiempo y agua...
Aquí encontrarás pensamientos, poemas,imágenes, noticias, reseñas,canciones...
Te invito a merodear por sus cauces.
AUSENCIA.
DESALIENTO.
El espíritu de error del sistema de pelea cooperativo en el que nos encontramos.
OPENING
and
ENDING.
Como el mecanismo automático de las puertas de los centros comerciales, el que abre sus fauces para devorarte en cuanto pisas la línea.
LIAR GAME.
Donde mentir significa ganar y está de moda.
Es utilizado por amantes, amigos, vecinos, personajes públicos ... y por casi todo el que se te pone a tiro.
Las MÚLTIPLES FORMAS DEL MIEDO.
Líquidas, erráticas, orbitan como meteoritos around you.
El contagio emocional de sentimientos tóxicos se percibe como una gran amenaza
y algunos se pertrechan en sus casas (hikikomori)
o en los no-lugares
(diseñados para ti, para tu seguridad...
donde sentirás crecerte una rígida sonrisa
que aplacará temporalmente tus naúseas.
No hiperventilarás más en vano)
Pasos sincronizados en la ciudad,
unísonos,
cronometrados,
cadencia imprecisa
que inalterable continúa
sin nombres,
sin números,
sin días,
sólo sombras
en el multiuniverso real
donde no hay estancias,
sólo latidos emocionales,
grávidos pulsos
de quienes
-opacados por su materia-
ruedan...
...Y una simple gota de lluvia
que aterriza en la cara
puede cambiar todos los paradigmas.
Una glándula, un tejido, un poro... Materia ilusoria o lo único real. Fantasías de la naturaleza en su deseo de qué, ¿de crecer? ¿de seguir?...
No todos experimentamos lo mismo cuando acariciamos un cuerpo o nos acarician y sin embargo nos dicen que "Cada vez que producimos un pensamiento, o tenemos una motivación, o experimentamos una emoción, siempre se trata de química"
Pero las rosas siguen siendo igual de efímeras y cada cual las deshoja como puede y ellas ... se dejan hacer.
Esta noche tengo sed y este cuerpo mío no me basta. Aunque nací humana, carne doliente, apunte o brote organizado en sistemas, aparatos, sentidos ...que tan sólo perciben falsas imágenes de lo que realmente existe, mis huesos y mis músculos se tensan y quieren más. La capacidad contráctil de mis músculos no es suficiente. Sus fibras dispuestas en haces desean explotar como traca de fuegos fatuos ante un atisbo de sonrisa pero nada. Vuelven a ser reclutadas por la rutina que abruma con sus excrementos de hipocresía, que muestra los dientes en cuanto pides lo mismo dos veces, que desea verte convertida en aguas quietas pero cercanas por si se apetece un poco en algún momento... Resulta todo tan fácilmente predictivo...
hasta que en este trasnoche un poema te golpea:
HOGAR
Se asfixia hasta la pequeña flor que el niño plantó y dejó en la ventana... Se asfixian los objetos, los muebles, las cortinas con las que pensé escalar hacia el olvido Se asfixian mis cuadernos escritos y después quemados ante la soledad como testigo Se asfixia el horno, los fogones, la bañera... que te gusta muy caliente Se asfixian las bombillas apagadas ante la claridad amoratada de los golpes en mis muslos Se asfixia incluso el miedo que se ha incrustado entre los cajones de tu ropa ordenada, bien doblada... Se asfixia también mi ropa, que me baila alrededor de las caderas, de los pechos vaciados y ya ligeros Se asfixia la araña, que escapa guiada por sus pequeños sentidos arácnidos, cada vez que oye unos pasos, los pasos, tus pasos... Se asfixia el humo de los cigarrillos con los que quiero asfixiarme antes de que vuelvas, sin haberte marchado realmente nunca... Incluso, la conciencia del tiempo que pasa, se esconde asfixiada ante la posibilidad de tu llegada
Muchos viven su cuerpo como un estorbo y para otros templo de infinitos pasadizos donde solearse tan a gusto.
"El gen HLA B57 impulsa la producción de un mayor número de células T, glóbulos blancos defensores del organismo ante patógenos invasores que se adhieren firmemente a las porciones de la proteína del VIH, lo cual ayuda al organismo a mantener bajo control el virus, señalaron científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Harvard.
Por medio de un modelo por computadora se demostró por qué un pequeño porcentaje de las personas infectadas con VIH nunca desarrolla el sida. El hecho consiste en que, las células T son capaces de reconocer a los organismos invasores, explicaron los investigadores en un artículo publicado en la versión online de la revista Nature."
Mi corazón no tiene células T. No es capaz de reconocer a los organismos invasores. Le abordan por cualquier parte y siempre consiguen pasar. Mordaces o mezquinos, gloriosos o bribones, atraviesan y se hacen carne entre mis proteínas, mis células y mis tejidos. Reproducen mis metáforas, las que uso para protegerme de los microorganismos de la vida cotidiana, y las que uso para alejarme del vértigo, de la falacia, de la estulticia ...
Cómo descomponer un día, digerir la dosis exacta de sueños que se necesita para navegar por tu mirada en el espejo, la que convoca al arrebato cuando los pies caminan sobre brasas pero las alas siguen colgadas en el perchero y te sobrevienen las ganas de manar, de emparejar la sed con el aliento, fusión sintética que te visita como la canción que recibes, savia que te hace brincar los linfocitos con el ritmo de un "te agarro, te suelto". Ellos no recuerdan ni reconocen invasores previos, contrariamente a su destino. Se me alborotan y no atienden a razones.
Así me va.
Cómo neutralizar entonces las toxinas adosadas a los acontecimientos, los que no consigo mantener a raya, los que en polvareda me empapan y afilan sus uñas destruyendo mi primera línea de defensa (como cuando nos cortamos y la piel se intenta cerrar lo más deprisa posible)
Si por las tripas transita dulce sabor de otros días, cómo no intentar "mirar las cosas por el lado de la luz", el que reconoce lo que le gusta, lo que me sienta bien, lo que llena mi plexo solar y puede inundarme hasta la médula... agua rumorosa que deseo se acerque hecha palabra o risa, o mejor susurro, caricia o beso, gestos que inmolen todas las preguntas y todos los porqués en una pira que arda sin pedir más, nada más.
Consiguieron inflamar mis vísceras, hacerme verter por los cauces, latir ardientes mis pulsos pero no pudieron hacer nada más. Mi corazón no es inmune pero resiste, aún resiste.
Para los que gustan seguir la estela de los cometas, para los buscadores de estrellas, los montañeros de la luz; los que surcan la virtualidad remansados en la espesura susurrante que acoge sus heridas, los que palpitan frente a sus pérdidas, los moradores del fulgor... Sabéis bien de qué os hablo cuando me arrebato y os recuerdo y os quebráis como una hoja ante un verso o tan sólo una palabra que os estalla y humedece con el manto musgoso de las lágrimas, las que no siempre nos hunden, porque enternecerse es zumbido, pero también levantamiento, emergencia que aguijonea el deseo de ser, de volver a fluir, de no combarse...
Abrir pues vuestra sombra y aspirar reconciliados el aroma de vuestro yo primigenio, el que siempre tuvo el pecho lleno de espumas, de nimbos que revoloteaban con el acorde de un son; el que inventaba voces, el de la sonrisa fetiche, el que dejaba un rastro visible tras los arpegios...
Es hora en punto. Sopla. Ese nimio gesto atravesará las auroras y suspendido puede abrir el tiempo-quimera del aire- y acecharme hasta mi vuelta.
"El movimiento ocurre en el tiempo y en un solo movimiento podemos estar fuera del él"dicen los derviches. Quisiera conocer su ritual, esa forma de abrir las puertas desde lo mecánico hacia lo divino, y volver al origen, a lo absolutamente real, a tocar los hombros de las nubes y entrar en el ombligo de la tierra.
Pero -sin dejar el cuerpo- salir desde mi piel para volver a entrar tras el viaje, después del trance, de seguir el movimiento de los átomos...
Y vaciarme, hacerme canal, cinta sin fin. Bajo otro cielo raso curvar mi apariencia. Drenar mi interior vomitando los miedos, la angustia que nos zumba en las arterias a los desposeídos del progreso, ese que nos limita por hacernos libres. Y girar así desencarnada, sola en mi desmenuzamiento.
Después entrar de nuevo en el tiempo claro. Con la alborada mecerme en el arrullo de los bulbos en flor, los que no piden sacrificios para crecer limpios. Y volver a la manada dispuesta al arrebato, con porte digno avanzando sin ceder el sitio. Y desposar a quien me estremezca, a quien me ofrezca su compañía en el viaje, a quien no se preocupe por buscar lugar para dormir, a quien no tenga miedo en lamerme las heridas, a quien se deje solear por mi luz o cubrir por la roída capa de los días vividos, los que ya no pueden volver.
Errantes gozosos. Abriendo brechas tras el muro, sumergiendo los huesos y los pasos en lo insondable, en el sargazo indefinido que puede esperar a los que ya no tienen prisa. Y dejarse crecer nueva piel para recrearse en cada poro, en cada rendija inaugurada por las caricias y los abrazos, entre el jadeo del mar o en la calima. En este espacio único dejar rodar las vidas sin puertas, sin preguntas, sin distancias.
Si le oye o recuerda su voz, si cree haber visto el reflejo de su sombra al volver la esquina...
A veces le siente cuando él la nombra...
Y tiembla.
Como cuando niña, como quien se atreviera a inaugurar el mundo, el imaginado, el de los sueños...
Y entonces descubre de nuevo cómo huele el aire: smell of desire.
Y estallan las esquirlas de su vientre.
No puede disimular que su armadura -esa coraza creada para poder seguir- pide que le revienten los goznes, que la descerrajen, que la sobrevengan y la sobrepasen, que el loco caballero venza el desatino y aparte la cortina. Y entrometerse, sobrevenirse el uno en el otro y deshacerse en cascadas, espumas, arrebato de luz, fondeadero, bahía, montaña, lago en el que adentrarse y perderse hasta la inanición.
No atenerse a las normas, bogando hacia el horizonte de la luna sonriente, la que les envuelve con su halo cómplice para mullir su lecho y seguir cabalgando la noche entre lametazos y besos, al compás de sus pulsos acelerados, del halo de sudor, de los nudos que se deshacen -poros abiertos- virajes que chapotean lubricando cada curva.
De un soplo apagan el farol. No habrá testigos, nadie sabrá lo que ocurra después, a nadie importa.
Y marzo nos trajo miradas
que se derretían
en las guanteras de los coches.
Ya no hacía falta más que una piel
para abrigarse.
Sentimos el deseo de dejar
que sólo la ternura abrazara la carne,
que sólo el viento paseara nuestros dedos.
¡Qué extraña sensación
como de reciénllegados
nos deja cada invierno cuando acaba!
* Y el mismo poema en su traducción al búlgaro gracias a la generosa amistad de Zhivka Baltadzhieva
А март
донесе ни погледи,
стичащи се
по предните стъкла на колите.
Не трябваше друго освен собствената кожа,
за да се загърнем.
Чувствахме нужда да се оставим
единствено нежността да прегръща телата,
единствено вятърът да брои пръстите на ръцете.
С какво странно усещане,
на новородени,
всяка зима оставя ни, когато се свърши!
Recital en La Guarida del Angel en Jerez con Raquel Lanseros, Tito Muñoz, Victor Alija, Neomar Bethencort y Raquel Zarazaga con la colaboración especial de la bailarina Naima Bakkali y la música de Damián Gadeshttp://www.youtube.com/watch?v=GcLzlnboVF0
"Poesía y amor" Voces del extremo 2012
La próxima cita en Moguer
Ciclo de poesía "Bendito Qarma" Granada
Larache 2012
Participación en el Festival de poesía "Grito de mujer-Larache 2012"
CIEN MIL POETAS POR EL CAMBIO
24 septiembre 2011.Madrid.Diablos Azules. Allí estaremos.Se retransmite en directo 21h (pinchar en la imagen)
"Y la palabra echó raíces en mí" en el ciclo "POESÍA EN PALACIO"
Viernes 17 de junio 2011. Jardines Palacio Ducal. Sanlúcar de Barrameda