Y se nos llegó el día.
Y quiso tragarse todas las sombras.
Nos pidió cruzar las fronteras
de los miedos
y murmuró su paz entre las llamas.
Y nos hicimos isla,
archipiélago escondido donde
abrir los labios y cerrar los ojos.
Donde alimentar las manos
y avanzar y crujir
y tenernos.
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