Alzame, tómame bien fuerte
para que no me alcancen los fantasmas.
Sí, vienen de nuevo a por mí.
Pero me niego a abandonarme.
Vale ya del estar en llaga.
No es ese mi destino.
No quiero volver a la tierra
sin ser vuelo.
Mi ser es terco.
No rehúye la vida.
Quiere poblarla de nubes y pájaros.
Que el pozo siga lleno
porque mi boca no se agota.
Sorbe a solas y bebe a sorbos.
Sabe darse. Y dejarse saciar.
Todo. Todo y nada en el aire.
En el que se respira
-de realidad y sueño lleno-
y en el que me falta a veces
por esperar
por no esperar.
De ahí el vuelo.
La necesidad de hacer de la sangre
soplo, materia leve.
Y no es el cuerpo estorbo
gravita a instancias del deseo
y a su pulso se acopla.
A veces, grito,
a veces, canto.
Tan solo una caricia, casi un roce
y todo se aligera.
Me ofrezco al aire
me dejo ir
sin noes sin porqués
sólo buscando la sonrisa
la semilla de luz.
Sólo alas.
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Qué hermoso modo de surgir al aire:
ResponderEliminar"sólo alas"
Sabe a deseo y libertad.
Un abrazo fuerte.
Leo
Es la forma más leve. Cuando la vida se densifica de manera insoportable, hay que nacerse así, libre y sedienta en cada vuelo.
ResponderEliminarqué ligereza me corre ahora por las venas, estoy notando el vuelo
ResponderEliminarme gusta :)
Pues si lo notas, si sientes el vuelo, la emoción está conseguida. Gracias. Y bienvenido, creo que es el primer "santo" que pasa por aquí.
ResponderEliminarBellísimo Raquel!!!tan elegante como siempre, y llegando a la fibra más profunda.
ResponderEliminarun besazo