jueves, 28 de abril de 2011

Ars mutandi

Cambié mis coordenadas
(rolé al oeste)
las dimensiones
de mi espacio exterior.
Me siento un poco Alicia
-menguando-
Los huesos duelen,
el cansancio me puede a veces...
Pero "no me quedo inmóvil
al borde del camino,
no me salvo...-"

Descansaré llena de sueños
oyendo el mar
y seguiré avanzando.
Cuando haga frío, apretaré el paso.
Cuando el estío quiera quemar mis intenciones
me encontrará hecha prado,
verde y húmedo cauce,
lugar para fluir.
Sí, es cierto.
Yo no amo a las piedras.
Sigo hambrienta de luz.
En tu ausencia, me creceré por dentro.
Queda tanto por hacer...

Añado color a mis días,
-añil y grana por ejemplo-
y teñirán mi voz.
Mis pasos y sus huellas
la arena los recoge.
Llegarán hasta ti.
No lo dudes.

martes, 19 de abril de 2011

Nocturno


Luna azul, nube azul.
Me gusta verlas.
Los poetas somos así.

Y aunque se me trepen los diablos a la nuca
para no dejarme dormir
sigo creyendo que es sencillo amar.

Puede juntarse toda la arena del desierto,
pueden confluir todas las mareas,
pero tras la noche, llegará el amanecer
y seguirán uniéndose los labios,
rozándose los vientres...
La cueva acogerá al fuego.
El viento buscará la calma tras soplar.
Pétalos, gotas, brazos, dedos,
dimensiones de la gozosa reunión.
Humedad y calor interminables
de ese lenguaje subversivo
que diluye o estira al tiempo.

Luna azul, nube azul.
Territorio de asombros y caricias
que arropan y acompañan.
Daré vida a la voz.

lunes, 18 de abril de 2011

A estas horas, todas las noches, para siempre, yo soy la que ha ganado el día.

Y la palabra echó raíces.
Hambrienta de carne donde habitar,
buscó mi piel
tentó mis muslos,
me respiró en el vientre.
El sendero que quedaba oculto a mis espaldas
quedó abierto para los ojos,
los que gustan de mirar tras los párpados,
los que más silenciosos de lo que nadie sabe
se ponen a escuchar lo que yo canto.
Conoce el temblor que recorre
los huecos de mis noches,
el miedo que se agita entre las sábanas
y con la paciencia de quien es limpio
de corazón,
sabe restañar las heridas
soplando suavemente
sin hacer nada más.

Sí. Hago nacer las palabras
para que sostengan tus besos,
los cobijen con mimo,
los arropen hasta mi vuelta
para cuando cesen los ruidos
y todo vuelva a ser sencillo.
Porque el sol sigue siendo luz
y los jazmines escalando las tapias...

martes, 12 de abril de 2011

La palabra en mí (II)

II

"Todo se movía.
El agua, el viento, las gaviotas..."

Sí. Todo muda.
Desde mis neuronas hasta mis venas saben
que llega un tiempo nuevo.
Mis pasos me trajeron hasta aquí
y deben seguir.
El tiempo se me adensa.
Casi licuado a veces
o coagulado otras
en esos momentos del frío,
el que te recorre la espalda
- la misma que deseas
cubrirse de caricias -
o los de algún amanecer oscuro.

Sigo el vuelo de la gaviota.
Debo aprender.

La palabra en mí (I)

I

"Las letras forman palabras,
las palabras textos..."
De Jaume Plensa
explicando el "concepto biológico de la palabra"

Y las palabras 
se me vuelven fibra, latido o pulso.
A veces se autoinmolan,
desaparecen de mi mente
y no las vuelvo a encontrar.
Pero sigue mi aliento.
Busca en los sueños.
Mírame donde voy.
Las huellas en la arena,
el sendero del bosque,
el azul, hecho nube o río...
Y ven más dentro:
en mi rubor, 
en la voz que me tiembla,
dedos que recorren los surcos...