lunes, 6 de diciembre de 2010

De sal y fuego (Santiago Tena)

"yo soy la sal, el agua, la vida, el sufrimiento, la mujer, el alma, la piel, la herida


yo soy la lluvia, el olor, el dolor, la playa, la lágrima, la angustia, la brisa, el fuego, el verbo

yo soy la espada


llueva cuanto llueva, algo adentro quema, hierve, se enfebrece, llama

y este llamarse vivo, llamarse fuego y voz, llamarse fuerza, se llama hoy raquel zarazaga, y el mar que trae no es el de cádiz, no es el de la isla, no es el del puerto: el mar que trae se llama sal y brasa, y abrasa, y el mar quema si con su sal nos damos a una nueva templanza: la sal, la sal del mundo, la sal como punto justo de picardía y de vida, la sal como gracia, como encanto de la vida, como sabor vital, es como el fuego en que se templa la espada: los poetas, no ya los poetas: los que sufrimos somos solo eso: espadas, espadas vivas de paz, antorchas, velas, referencias, postas, hogar para la antorcha que busca hogar, fuego para el fuego que en otro fuego nos llama: estar, constante estar: arder, ser como el fuego sal que purifique el sufrimiento ajeno, el mal ajeno: ser antorcha es esto, ser sal es esto: esperar encima de la mesa que alguien tome de nosotros cuanto quiera, esperar encendidos y plenos que de nuestro fuego y nuestra vida se tome lo justo: que la sal dé la gracia que ha de dar: que el fuego no exceda el calor que en el punto exacto me es necesario


hoy soy contigo lo que soy, raquel: en este mundo vacío, blanco, barato, exhausto, vanidoso y frágil, yo soy la sal contigo: en este mundo en el que ya no creemos, en el que el desengaño es continuo, al que la luz no llega, en este mundo de dolor por lo que no han comprendido, yo soy dolor contigo: el árbol que da fruto se poda, el racimo se limpia, la espada se hace vida incandescente y sabemos tú y yo que la sal nos da vida más allá de lo que digan médicos y libros: una vida sin sal no es vida plena, una vida sin sal es un periódico tan gris que en él no quedan tonos que marquen letras

yo quiero morir, yo quiero vivir: más allá de este gris hay un color azul marino y casi cielo en el que cada lágrima se ha añadido a lo vivo, se ha cobrado su luz, se ha hecho sal real: la sal de estar a gusto, de amar, de decir la verdad, de no buscar el daño, de dejar los cuidados, la sal de vida llena, la sal sol, la sal luz: yo concibo un futuro humano y mío, humano y nuestro en el que tanto fuego del que nos forja dentro, en el que tanta fiebre, tanto no, tanto haberse callado por no herir, tanto dar a la paz más importancia que a lo propio se nos premie en la paz y se haga karma vivo y besante y austero pero rico en piel amiga, en verso, en alegría fija, en fuerza fija, en creer con saber que lo que he hecho está bien, que estoy vivo, que merezco la vida, que me quieren, que soy tú, que estoy aquí por ti, que si gritas de vida soy yo mismo quien grita desde ti, y si gritas de gozo y si lloras de gozo soy yo tuyo quien goza desde ti

y lo soy por la lluvia, la pupila, el mar, la sal, las corrientes del golfo y del valiente, tu corriente, tu vida: yo he sufrido para hacer realidad cantante y rima cada parte de ti, para beber la sal, para hacer que la llores y la digas

y a veces, cuando llueve, llegan como en el aire el gozo y el dolor y el sabor de la sal: y son, raquel, tú misma

Texto de Santiago TENA
(para la presentación de mi poemario A VECES, CUANDO LLUEVE, NOS LLEGA EL OLOR DE LA SAL")

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