PUEDE LA PIEDRA BLANCA
LATIR CON LA SANGRE DEL CIERVO
Y EL CIERVO PUEDE
SOÑAR POR LOS OJOS DE UN CABALLO
Cómo aplacar tu corazón,
cómo aventar tus cenizas,
cubrir tus gemidos con mis manos...
si yo no tengo certeza alguna.Si sólo sé mirar las nubes,
lambicar dolores a la orilla del mary equivocarme.
Pero aquí están los ojos de la cara
y mi puerta entreabierta,
dejándote pasar.
Entibiaré tu alma
con mi alma extraña
y que el llanto
cubra los huecos.
NI TÚ, NI YO, NI EL AIRE, NI LAS HOJAS.
*Las citas en mayúscula pertenecen a "Poeta en Nueva York" de Federico García Lorca
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