No quiero propósitos de enmienda ni promesas imposibles.
No haré una lista de deseos. Los que me importan, los seguiré dejando escondidos.
Sólo quisiera apartar los miedos, enterrarlos bajo los escombros para seguir caminando.
Así mi llamada, mi grito, mi beso o mi abrazo podrás recibirlo en cualquier momento.
Sólo para ti.
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