domingo, 22 de noviembre de 2009

Entre la realidad y el deseo - Marina Abramovic y su homenaje a Santa Teresa




"Cocina: rincón de alquimias.
Utero prodigioso donde se almibaran frutos...
El tiempo se consume en esta empresa"

"Me llamaban a la cocina para rebañar los restos de la bechamel que quedaban en la sartén; me ofrecían a escondidas el primer dulce que salía del horno... Y mientras, podía observar a mis anchas aquel singular escenario que a mí me resultaba semejante a los talleres de esos inventores locos en los que no dejaban de suceder fenómenos de lo más extraños.


En una banqueta colocada en un rincón cerca de la alacena educaba mi olfato como perfumista avezado en distinguir olores. Jugaba con los tarros de las especias. Levantaba las tapas e intentaba adivinar su contenido sin mirar el interior : vainilla suave ; acre nuez moscada ; picantona canela...

Distraía la vista siguiendo el circular tirabuzón de las mondas de patata, el rítmico movimiento del cucharón meneando el guiso, el ris-ras de la escoba...

O me quedaba dormido mecido por el cuchicheo de las comadres que parloteaban de sus asuntos con pasión.

Veía caer degollados sin piedad bajo la afilada hoja del machete pollos, pavos, conejos... Contemplaba sin pestañear cómo eran cuidadosamente desplumados o despellejados, troceados ... con total impunidad. A veces, sus ojos muertos seguían mis movimientos asomados al cubo de la basura. Más tarde, aparecerían en mis sueños convertidos en gigantescos monstruos que venían a devorarme para hacerme pagar cara la cobardía de no haber movido un solo dedo para salvarles..."
De mi relato inédito "Las mujeres de mi vida"







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